THE CROWN EFFECT

A Ruben: A veces sin saberlo hacemos filosofía en las plazas,
en las calles o en los aeropuertos.

Ese pequeño punto azul pálido, decía Carl Sagan, esa pequeña mota en el espacio, eso es lo que somos. Nuestro pequeño planeta, nuestro hogar, un barco que viaja en el espacio infinito en un viaje sin retorno, en un viaje sin puerto.
La conciencia, el efecto “overview”, que surgió de vernos a nosotros mismos desde fuera, cuando tuvimos la tecnología suficiente para salir al espacio, nos dio como nunca antes la perspectiva de unidad, nuestra suerte y la suerte de nuestro planeta no se pueden separar, estamos conectados.

Somos una infinitesimal parte de un universo grandioso que por lo demás es indiferente a lo que nos pase, el eco metafísico de los orígenes del universo, resuena impasible ante nuestro destino y el suyo propio.

La conciencia de unidad es hoy más que nunca necesaria. El efecto de este coronavirus en nuestra vida no puede dejarnos impávidos a lo que estamos viviendo, aquel ha llegado como el espejo que refleja lo que verdaderamente somos, ha llegado como Osiris que pesa nuestra alma y a quien no podemos decir como lo hacia el viajero:

“He aquí que yo traigo en mi corazón la verdad y la justicia, pues he arrancado de él todo el mal. No he causado sufrimiento a los hombres. No he sustituido la injusticia a la justicia. No he obstruido las aguas cuando debían correr…...”.


A pesar de todo el sufrimiento que ha parado el mundo entero dejándolo en silencio como tal vez nunca antes, este sufrimiento esconde como decía Teilhard “la fuerza ascensional del mundo”.
Hoy el cielo se ve más azul, los ríos dejan ver sus piedras multicolores, los arboles vuelven a moverse sin el obstáculo de un aire poluto, el ruido ha cesado y el canto de los pájaros se puede oír otra vez.
El calor del hogar nos acoge nuevamente y el sonido de nuestro corazón retumba haciéndonos retornar a lo esencial. El sacrifico de muchos se convierte en el abono de un futuro diferente y la solidaridad humana deja ver que tal vez tengamos salvación.

Pero no podemos perder este momento, el efecto no puede ser una fiebre pasajera que se quita con una pequeña píldora para luego seguir en las “andanzas”.

Hemos estado enfermos y no lo sabíamos, no queríamos saberlo. No podemos creer en verdad que la enfermedad es salud, no podemos morir como Pedro el apostol, viendo el mundo al revés y llamarle a eso “normalidad”.

Si no aprendemos, habremos perdido esta oportunidad para sanarnos y seguiremos revolcándonos en nuestras inmundicias creyendo que nos bañamos con agua limpia.

No podemos seguir apostándole a un consumo sin control que desangra la tierra, ni seguir apoyando un sistema que hace valer más a las cosas que a las personas. No podemos seguir creyendo que lo que hacemos no tiene consecuencias, que mi libertad personal puede ser ejercida sin tener en cuenta a los demás. No podemos seguir siendo tan bajos pensando que los colores de piel, las condiciones personales de cualquier tipo, las diferencias religiosas u otras, pueden estar por encima de la condición humana compartida por todos, del destino común de aquellos que habitan una misma casa.

Si no somos capaces de aprender y de cambiar, habremos demostrado que no merecemos este lugar en el mundo infinito, alienados y alejados de lo que somos y podemos ser, habremos labrado nuestra destrucción perdiéndonos ontologicamente en la nada de nuestro pecado y más adelante ya no podremos cambiar aunque lo anhelemos, el tiempo se agotará y entonces no habrá más remedio y no quedará otra cosa que “el llanto y el crujir de dientes” haciéndose verdad la visión del anciano San Juan en su Patmos del destierro.



“Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.”

Que estas magníficas palabras de Carl Sagan, nos animen a pensar en una dirección diferente, a pensar en las generaciones futuras, a pensar que queramos o no, nuestro destino esta ligado, somos hermanos.

Comentarios

  1. Excelente discertacion, ya extrañaba a mi amigo.."el filósofo"..y tienes razón..es asombroso como un diminuto "virus"..pudiese impactar y paralizar, potencias mundiales, gobiernos poderosos, pero también a miles de seres, sin excepción de raza, cultura o estrato social, logró lo que nadie ni nada, podía siquiera, imaginar, lograr hacer...y fue colocarnos al mismo nivel, de vulnerabilidad y angustia...
    Tienes razón mi amigo, de esto, definitivamente, tenemos que aprender...

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    Respuestas

    1. Así es, no podemos dejar perder este momento.

      Gracias y un saludo

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  2. Definitivamente esta situación, (como ninguna) no es casual, y ojalá que aprendamos como humanidad que debemos hacer cambios en nuestro estilo de vida, y tomar Consciencia de ello, pues el planeta lo requiere, la humanidad lo necesita, y aunque hay personas, organizaciones, comunidades....que han estado trabajando y haciendo aportes desde diferentes aspectos, incluso económicos, para lograr algunos cambios, que sea esta uma oportunidad para que todos lo hagamos.

    Creo que hay cosas que no van a cambiar, a nivel político o económico se requieren cambios profundos y grandes voluntades para por ejemplo erradicar el hambre o la malaria que mata apróximadamente 430.000 personas cada año; sin embargo, sí creo que también de una u otra manera todos estamos implicados en esto....y somos una unidad, y el hecho de que esta situación nos ponga a pensar, a analizar, a reflexionar, lleva a generar cambios y a que esto resuene de forma global..

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