VOLUNTAD Y RAZÓN EN LA ILUSTRACIÓN (Epílogo)


LOS ENEMIGOS DE LA ILUSTRACIÓN

El sueño de la razón produce monstruos (Goya)

"Hay muchas divisiones ideológicas dentro del mundo moderno, pero quizá una de las más persistentes, también una de las más polémicas y cada vez más decisivas en el conjunto de nuestras vidas, es la división entre aquellos que se adhieren a los valores de la Ilustración y quienes rechazan estos mismos valores". 

Anthony Pagden


La ilustración nació y al mismo tiempo nacieron sus enemigos. Sería raro que una propuesta de pensamiento que poco a poco fue horadando las bases del mundo antiguo, no fuera objeto de fieros ataques y declaraciones de guerra.
La crítica, el libre pensamiento, la evidencia como fundamento del conocimiento y la democracia, levantaron y siguen levantando oposiciones que reniegan de ellas y de sus supuestas terribles consecuencias.
La ilustración, al derribar las certidumbres de épocas pretéritas, deja sin piso a los que no soportan vivir sin tener todo organizado en su mente, a aquellos que se aferran a relatos que lo explican todo: lo que pasó, lo que pasa y lo que pasará, para de esta forma vivir en un mundo lleno de seguridades, un mundo tranquilo que surge de hallarle sentido (verdadero o no, eso no importa) a lo que no se entiende.
Es así como lo primero de lo que se aferran los enemigos de la ilustración es de la tradición. La tradición es su salvavidas en el océano de incertidumbres. La exaltación de lo antiguo, de lo ancestral, los prejuicios que preordenan la realidad, las interpretaciones petrificadas en el pasar de las centurias y de los milenios. La tradición brinda el refugio necesario frente a los cambios y al temor producido por ellos. La tradición viene en distintas presentaciones: el tradicionalista religioso proclama las verdades inmutables de las escrituras y de las antiguas formas de interpretarlas, no admite novedades porque considera que hacerlo es lanzarse al abismo, es traicionar el mensaje original, el tradicionalista religioso privilegia la letra, la norma, el precepto.
El tradicionalista moral se aferra a las costumbre antiguas, lo que ha sido considerado malo o incorrecto no debe cambiar, la mujer debe seguir comportándose como mujer, la única familia es la tradicional, ser decente es comportarse con las buenas costumbre de siempre. El tradicionalista moral no somete a crítica sus amadas normas, lo que ha sido deber seguir siendo así por siempre.
El tradicionalista político mantiene las formas antiguas de hacer política, la religión y la moral tradicional son siempre sus lemas de campaña, se aprovecha del miedo al cambio, crea monstruos en la mente de las personas, amenazándolas con el caos que se viene al implantar cualquier cosa nueva. Toda idea diferente es una herejía, es una blasfemia y llevará a la humanidad a su ruina o a su final.

Para otros, la democracia en cambio es su enemigo mortal, le huyen como el niño al duende del armario. Para ellos la pluralidad de opiniones es solo una pérdida de tiempo, una afrenta a la verdad, verdad que por supuesto es la que ellos sostienen, los demás están equivocados, promulgan mentiras y por lo tanto deberían ser acallados. La democracia para ellos es solo la tiranía de las mayorías, lo que más les disgusta es precisamente que ellos no son la mayoría y que no han sido capaces de formar una.
En la misma línea, están los que se oponen a los derechos y a las libertades. Son los primeros en reclamarlos para ellos, pero los últimos en reconocerlos para los demás. Los derechos solo son inventos modernistas que tienen el mundo al revés, adoran los tiempos en que las personas simplemente obedecían. La autoridad es su valor fundamental.

Los enemigos de la ilustración vienen de todos los estilos, pelambres y especies, creen en algún mesías de allá o de acá, que los salve de un mundo que para ellos está en crisis, comparado con el mundo apacible y perfecto, de algún periodo histórico antiguo al que ellos se aferran idílicamente.

Hay que estar contra lo ya pensado, contra la tradición, de la que no se puede prescindir, pero en la que no se puede confiar.

Karl Popper




Comentarios

  1. He leído los cuatro apartes de la defensa de la razón en la ilustración de manera detallada y encuentro unos argumentos lógicos que son contundentes.

    El desarrollo lógico de las ideas planteadas salvan a la razón y dejan relegado, a un segundo plano, el voluntarismo en la ilusración.

    La contundencia de un argumento racional en defensa de la razón. Felicitaciones. Una mente lógica desarrollando argumentos, como se diría de Carlos Gaviria, sin fisura por donde encontrarle el quiebre.

    La ciencia y la filosofía, fundamentadas en la lógica, deben ser las banderas para conocer y comprender el mundo natural y social...

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    1. Gracias por tu comentario. Sigamos defendiendo la razón, tanto desde la filosofía como desde la ciencia y aceptemos los miedos y las sombras de la incertidumbre resistiendo la tendencia humana de crear fabulas para sentirse a gusto.

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